jueves, 22 de marzo de 2007

confesion. agosto. ´03

  Solo necesito adentrarme en mi ser y servir a los demonios que habitan en él un exquisito manjar compuestos por neuronas y hormonas que trataron por un buen tiempo de impedir mi degradación humana y un corazón que siempre me dio esa maldita luz de esperanza que me hacia creer y crecer, hasta que llego el tiempo en que creí tanto y crecí tanto...  pero mientras mas crezca mas ruido voy a hacer al caer.
 Ahora, no tengo ni tiempo ni espacio, soy un vagabundo anacrónico sin papel ni licencia para vivir, sin meta en la vida ya que Dios metió su mano en mi bolsillo y me saco la acreditación del ser utópico para prender la fogatita sin quemarse los dedos. Solo estoy solo. Solo con mi personalidad (aun más solo). La personalidad del diablo, la única que se quedo conmigo (lo único que quise cambiar fue lo único que no me quiso dejar). Solo como un pobre diablo, como si un diablo furioso acariciara mi sien. Sangre, dolor. Y más sangre y más dolor. ¡Basta de pensar!
 Realmente no me soporto, estoy cansado de deprimirme. Necesito ayuda y no la se buscar. Detesto pensar; pensar no es actuar. Hay ciertos limites para el razonamiento que cuando uno los pasa se convierten en depresión, uno empieza a cuestionarse ¿porque?¿para que? sin tener nunca una maldita respuesta, y ahí comienza el fin. Empezas a encontrar sentido a todo, hasta las cosas que no deberían tenerlo. Crees encontrar la formula del buen vivir, descifrar la incógnita de como vivir, pero la ceniza no cae del sahumerio y este se ahoga hasta extinguir su luz.


 Se que la vida es corta, pero quisiera que lo fuese mas. Todo me trae nostalgia y melancolía. Mi vida se asemeja a una calesita que gira incansable y endemoniada mostrándome todo y cada segundo las cosas que me hacen sufrir, no me deja en paz, me incita a morir.

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