Si mi destino es conocer el dolor, tengo tantas herramientas como cicatrices. Es por eso algo lógico lo que me pasa.. pero no lo veo así, entonces empieza el diván interno donde el analista no es mas que mi viejo amigo. El, el que todo lo sabe, todo dentro de su mundo donde es solo la mitad de mi mundo.. El, quien tiene todas las respuestas a los problemas que El mismo genera.
Es inevitable no caer en su trampa, es imposible.. me conoce tan bien.
La noche y El van a la par, el día y El van a la par.
De pequeño me atrapo y me formo para ser su mas fiel servidor, no solo es mi amo.. sino que lo amo. No conozco felicidad mas allá de El, es tan simple como eso; no deja ver felicidad por sobre sus ojos.. y amo sus ojos, aunque ellos me recuerden tanto al dolor.
Sus ojos con cicatrices son mis ojos hoy, son mis ojos ahora.. y el diván termino.